Saturday, January 29, 2011

La Libertad - ¿Derecho o no?

Normalmente tengo la costumbre de que cuando quiero explicar algo antes explico todos los conceptos necesarios para entenderlo. Así a veces no parezca que tiene sentido porque hablo de uno o varios temas, en cuanto explico lo que en realidad me interesaba explicar, la persona ya puede entenderlo aunque no se haya dado cuenta de lo que hice. De lo que quiero hablar ahora son dos temas de los que no estoy seguro si uno va después del otro. Creo que más son como un círculo vicioso, donde uno alimenta y se alimenta del otro. Estos temas son la libertad y la familia. En este primer post voy a hablar de la libertad. Va a ser algo corto, ya que mis ideas sobre la libertad ya han sido explicadas antes, por lo que solo me voy a enfocar en explicar los pocos conceptos que no explique antes o que creo que deban explicarse de nuevo para que los tengan en cuenta. El siguiente post, de la próxima semana, tratara sobre la familia y –dependiendo de que tan largo salga- puede que incluya el amarre de ambos o no.

El tema total (o sea, de todas las partes juntas) trata de cómo creo que la libertad debe funcionar y porque creo que esta funcionando mal. Este primer tema va a explicar –o terminar de explicar- como creo que la libertad debe funcionar. Quienes la deben tener y quienes no, y porque algunos la deben tener y otros no. El siguiente tema, el de la familia, va a tratar de porque creo que la libertad esta funcionando mal, de cual es el origen del problema. Y luego va a haber un amarre, un cierre que una ambos posts en una conclusión.

Aunque ya toque el tema de la libertad antes en los posts de mi trabajo de filosofía, aun tengo cosas que hablar al respecto. La sociedad nos enseña que todos los hombres son libres, o al menos que deben serlo. Que la libertad es un derecho del que todos gozan porque son iguales. Que todos tienen el derecho a ser libres por el hecho de ser humanos. Yo digo, ¿Por qué?

Cada día me convenzo más y más de que la mayoría de la gente no debería ser libre. ¿Que significa ser libre? Significa escoger lo que crees que es mejor para ti. Indudablemente una persona que se droga lo hace pensando en lo que es mejor para ella. Después de todo busca sentirse bien, y sentirse bien es bueno. Lo mismo puede decirse de cualquier otro vicio y mala practica. Desde algo grave como robar hasta algo insignificante como pasarse una luz roja (el ladrón podría pensar que es la única forma en que tendría lo que necesita, o cree que necesita, el de la luz roja puede estar pensando en llegar rápido a su casa para comer o satisfacer alguna necesidad, o incluso porque la espera del cambio de color lo impacienta y estresa). El hecho es que el ser humano nunca hace algo que sea dañino para si, siempre, sin excepción, hace lo que cree que le va a hacer bien (incluso un suicida esta buscando terminar su tormento para no sufrir mas). Entonces eso es libertad, ¿no?

No, eso es auto preservación en el mejor de los casos, y pasiones o caprichos en el peor. La libertad implica un proceso racional y maduro de lo que uno debe de hacer. Significa tomar ese impulso de auto preservación o capricho y filtrarlo y canalizarlo lógicamente. Esto, por supuesto, requiere que la persona tenga dos cosas: capacidad racional y madurez. La capacidad racional es como la herramienta, la maquina que permite hacer el proceso. La madurez es el conocimiento, el “entrenamiento” para saber operar dicha maquina. La libertad, entonces, para poder ser, exige que la persona tenga estas dos cualidades. La mayoría de las personas carece de una o ambas cosas. Si la libertad exige dos cosas como requisito, no puede ser algo inherente a un ser solo por ser humano, es algo que se debe ganar o construir. Si la persona no cumple los requisitos, no debe ser libre.

Esto se aplica en el mundo. A los niños no se les da libertad; los padres deciden como sus hijitos se visten, que comen, etc. Incluso los niños tienen que pedir permiso para ir a la casa de su amiguito, y el amiguito tiene que pedirle permiso a su padre para que su amigo venga. Esto desaparece eventualmente, con la rebelión de la adolescencia. La rebelión de los adolescentes es algo normal, y debe suceder (yo soy de la opinión que los padres no deben incentivarla, y deben resistirla, a modo de hacer que el hijo luche como debería suceder, pero eso es otro tema). Y esta bien que ocurra, porque es la lucha de la persona por ser libre. Sin embargo, esto asume que la persona también tiene la capacidad de tomar sus propias decisiones. Esa capacidad no se limita a madurez e inteligencia, también cubre el responsabilizarse por sus acciones y consecuencias, el poder responder por uno mismo. Estas cosas no son tomadas en cuenta por el grueso de la gente, sin embargo. No piensan en nada más que en su derecho a ser libres: a hacer lo que quieran. Y pelean con uñas y dientes cuando alguien trata de quitárselos. Esta es gente que en mi opinión no merece ser libre.

Yo no creo que la libertad sea un derecho. No creo que porque naciste ser humano debas ser libre, o que porque tienes X años automáticamente ganes el derecho a serlo. Yo creo que la libertad es un privilegio, y que a la persona solo se le debe dar en la medida en que se muestra digna de ella. ¿Si no puede pensar, si no es lo suficientemente madura para guiarse por si misma, y si no puede responder por sus acciones, porque ha de ser libre? Yo no creo que toda persona sea libre por derecho, lo que creo es que toda persona tiene el derecho a ser libre si así lo quiere. Pero querer, como ya lo dije en algún post anterior, implica un deseo serio. Implica estar dispuesto a pagar el precio y asumir el compromiso que eso requiere. Y eso es algo que la gente no quiere, la gente solo quiere la parte bonita: el hacer lo que quiere, o lo que le viene en gana. Y las consecuencias o el esfuerzo que implica eso, al diablo.

Por ejemplo, antes, en la época de nuestros abuelos y bisabuelos, cada uno se pagaba su universidad. La obligación de educación de los padres acababa en el colegio, como aun es hoy. Si uno quería ir a la universidad, debía ver como se lo costeaba. Hoy en día el que los padres le paguen la universidad a sus hijos es visto como algo de esperarse. Como si los padres estuvieran forzados a hacerlo, y pobre de ellos si le dicen que no a sus hijos. Mas aun si les dicen que ellos vean como se la pagan. Y muchos, que no les basta con esto, tienen la conchudez de ofenderse cuando sus padres quieren que estudien tal o cual cosa. ¿Cómo se atreven a forzarlos a estudiar algo que no quieren? No soy de la costumbre de insultar a nadie, pero ese tipo de gente me parece una sarta de malnacidos. Que tus padres te quieran pagar la universidad ya es bastante, no tienen porque hacerlo, y a caballo regalado no se le ve el diente. Si no te gusta, ve tu como estudias lo que quieres. Ese es el problema del que hablo, la gente quiere los beneficios, pero no quiere pagar el costo. ¿Qué algunos tienen más suerte que otros? Si. Algunos tienen padres más caritativos que les dejan escoger, otros no. La vida no es justa. Pero si quieres empezar a buscar justicia, empieza por ti mismo: que uno reciba lo que merece. Si quieres merecer algo, lucha por eso.

El problema es que la gente es criada sin valores ni principios. No se les enforza un sentido de responsabilidad, de pagar por lo que quieres. Son criados como animales egoístas, sin voluntad, no acostumbrados a las restricciones. En mi opinión, esto es porque el núcleo familiar esta cada vez más diluido, o incluso a veces ausente, y a los niños ya no se les cría con la fuerza necesaria. Porque “la fuerza es mala”, hay que ser gentil. Para mi esas son tonterías, pero hablare de eso en mi post de la próxima semana.

Wednesday, January 19, 2011

Sweet Andrea

Mother Luna is calling. She whispers into me, urging me to turn. To abandon this Hunt, to abandon Andrea and all the anger that burns within me. Her voice is strong in my ears, and it costs me, and pains me, greatly to disobey her, but this must be done. Vengeance must be carried out. I’ll kill those bastards, every one of them. And when their bodies are lying on the floor, lifeless and torn apart, I will feast on their flesh, and will howl a cry of victory and sorrow for my Andrea, and a cry of shame and repentance to Amahan Iduth. But not before shall I return to her side. I keep my eyes fixed on her. Letting her shiny form pierce into my eyes. I remember my lost Andrea, the battles at the gas station and the warehouse. I remember Michael and all my kin that fell that day trying to protect our home and grounds from those motherfuckers that would pretend to usurp it. I feel the power we have gathered, all the packs united against a single enemy. But I also feel the grief in the hearts of all of us. The emptiness left in our souls when we saw our friends and brothers, our family, dead. Anger swells within me, fueled by the scrutinizing and scornful gaze of Mother Luna. She doesn’t want this, but can’t help but feed me the rage. I want to revel in it, to embrace it and release my frustration here and now, but I have a sacred duty to fulfill. I take a deep breath. I will have my revenge, but won’t fail my alpha and pack. The time is near, only a couple of minutes left.

I return my senses to the now. The city’s life returns to full view. Below, in the street, I can see the many lights and the tiny dots that are the people. The silent murmur of the city life is everywhere. People muttering, car motors, dogs barking. A distant police siren reaches my ears. Above me, a sky so illuminated by artificial lights I can’t even sees the stars. Mother Luna is there, ever present. Watching me, judging me, instructing me. But I won’t listen to her. The blinking lights and silhouette of a plane snap me back again into reality. There’s no time to dream. Today we hunt.

I turn away from the window into the dark, spartan room that serves as my haven. The shotgun’s lying on the table, assembled and clean. Fully loaded. The knife is next to it, along with some extra cartridges. Everything’s ready, now I only have to wait for the call of the pack. It’s hard to stand by these moments of waiting. Too much things come to my mind, too much memories, too much truths. And there we go again, back into my mind. I know I’m falling for it again. I don’t want to, but I can’t help it. There are just so many things haunting me. Andrea, the Pure Ones, Michael, the weird old hag in the alley. And then I get to it. The real pain in my ass. I see the battle at the gas station. The pickup parking and everyone getting out, guns blazing. They had taken us by surprise. There was nothing we could do. Rage built within us all, and we didn’t try to control it. We let go, giving up to the pleasure of the Hunt. We fought as true warriors, and when the dust settled we had held our ground. They all lay dead. Every one of them. The van was upside down, with one of the doors lying on the other side of the street. We were gasping for air, some of us were wounded, but we were all pleased. All except for Andrea.
“Silver” was all she managed to gasp when I reached her. With her last breath she accused the crime. And then she was dead. My precious Andrea….I’ll never forget you….

Our howls ran all night long in her name, and by the morning the quest for vengeance began. These men weren’t alone. Rumors had been running throughout the city of a rogue pack that had just arrived. A pack of sinners who didn’t follow the way of the warrior. We hunted them and learned where they stayed, but they were too many for us to tackle alone. So the alphas met, and a communal attack was arranged for the next full moon….

My cel rings. It’s Joshua, the alpha from my new pack. The attack is about to begin. I won’t be in the main battle, I have a more sacred duty this time. I grab the knife and stuck it behind my pants. The shells and the shotgun go into the gym bag I carry with me, and off I am.

The abrupt change hits me as I cross the door. Going from the dark, abandoned and lonely building I use as my home and into the bustling, light filled city, so full of people, so full of life. Its something normal men will never notice, but something unique to me. I take a taxi and go to the outskirts of the city. The Eiffel Tower stands as an omnipresent obelisk to my right, all the way until I leave the city. Almost an hour later I’m hiding among some bushes. The golden lights of Paris shining seemingly just beyond my grasp. Paris…. Had once been my home, now it’s only my hunting ground. A never ending battlefield where we hunt our prey. A golden light jungle that we must defend constantly from other packs. This is one of them….They don’t know the mistake they did when they messed with us. Particularly when they took my sweet Andrea from me. They’ll feel my ire now; tearing at their flesh, lashing at their muscles. Their bones will break under my jaw. And I shall know satisfaction in their blood.

Beneath us we could see our brothers sneaking in, hiding behind some crates. We kept moving, our strengthened bodies moving with unnatural grace among the iron structure that supported the ceiling. We were eager for battle. Specially me. For them, it was only a matter of sinners that had to be purged and soil that had to be defended. They could never understand my grief. Ire built within me as I remembered my sweet Andrea. I tried to control it, reminding myself that I’m fighting with a pack this time. I belong to them, and can’t charge alone…. Guns began blazing then. I looked down and saw my brethren fighting. Then Michael leapt, clothes tearing apart as he landed. I followed.

I landed in the middle of a group of sinners. They had their weapons ready, but were too surprised to use them. I grabbed one by the throat and with a quick jerk broke his neck. My other hand lashed at another one, and he went flying off into the air. He hit the truck they were loading the crates in, and fell limp to the ground. I couldn’t know if he was dead or not, but it didn’t matter. I was beyond reason. Rage ran through my veins, anger clouded my vision, and thirst for vengeance guided my moves. The remaining guy raised his fists in a feeble attempt to defend. My jaw broke through them as if they were nothing, and his head was soon in my mouth. I lashed and trashed about. Growling in anger I broke it from his body, rejoicing in the warmth of his blood as it sprayed over me. Then I dropped him and turned looking for more.

Battle was at its peak now. The bastards had recovered from the surprise. Some were aiming shotguns, others were wielding axes. Made of silver, I noticed by the smell. Damn bastards, I’ll kill them for that. A pair of gaurus then jumped above the truck and charged at Michael and me. I met the attack head on, jaws open and claws forward. It was a strong one, but inexperienced, and he wasn’t fed by the same hunger I was. He hadn’t lost his mate, he wasn’t a warrior. He was only a sinner. That thought only made me angrier. I howled and sank my teeth in his flesh. He cried, but held on, and even managed to sink his on mine. It didn’t matter, though. He was mine. I pulled my arms and his body followed. Up towards my mouth, closer to make it easier on me. I let go and bite again. That time I got his throat. I felt a sharp pain and burn on my left side, but ignored it and kept on. A few seconds later he stopped thrashing, and his bite loosened. Just in time for me to feel something cut through my ribs. Something cold and sharp. An axe, I knew, a silver axe. It burned through my skin, sending ripples of pain throughout my body. I turned and grabbed the insolents face with my hand. My other went for his body. And I snapped him in two. Little bastard. Then I jumped at the one with the shotgun. He fell dead even before I got to do anything, just by the weight of my body over his.

The battle was won. Our cries of victory ran high as our enemies fled into the wilds. A short feast of victory. Then, the loses. Four of us had fallen. Michael included. Three axemen and a shotgun bastard had gotten on him as he fought the gauru. Michael was strong, but no one can stand that. He was our alpha, and a damn good one at that. Michael Rage-Eyes. The greatest among us. I had lost two of the closest persons to me now. There would be no pack anymore. Not without Michael and Andrea. We spent the night together, and by the morning disbanded. Each one in the search of a new family. That was our way. That, or killing to become a new alpha.

I spent the next day and night wandering the streets of Paris. I wasn’t looking for a new pack; I knew where to find those. I just wanted to be alone. To cut myself from this miserable world that had taken all that was dear to me. It took my life, and when I found a new one, it came and took it again. Lashing out with its cold fingers to take my new family from me. Andrea, my sweet Andrea….and Michael, brave Michael…Michael my friend…my brother….Rage built within me. Burning at my chest, threatening to rip it off. I felt anger at those bastards, I felt anger at myself for not defending my loved ones, and I felt anger at the world. At the whole world for destroying my life. Twice. Damn everyone…Damn everyone, I just wanted to kill them….to end this once and for all.

A low growl snaps me back. It is mine I notice. I let myself get carried away again. I can hear them a few feet away. They’re chanting. I slowly take off my shirt and take out my shotgun. The time has come. I feel the cold wind brush against my skin. I hear all the insects making their funny noises. How I loved those noises as a kid. How I loved to come out of Paris and into the wilds to relax, to have peace….There’s only strife now, only war. That’s our way, that’s our nature. I look up to Mother Luna. Amahan Iduth, barely visible beyond the trees canopies. How beautiful it is. The only beautiful thing I have left. I watch it, and as I ready myself for the coming conflict wonder if it’ll be the last time I’ll see it. Will this be the last time I feel the wind? The last time I hear the insects? That I feel the hard, cold soil beneath my feet? Will this be the last time I see golden lighted Paris? Beautiful Paris? I stand up and give a step forward. I hope it is.

The rats skittered away from me as I walked deeper into the garbage strewed alley. A purple neon sign shaped as an arrow flickered just above a gray metal door in the far wall. It was the back door of a local bar, I knew. A bar in which one of the packs had certain interests. I didn’t want to be there, to join another pack again. Not at that moment….but I had no choice. It was our way. The way of the pack. And besides, I needed the added muscle to avenge Andrea. I was well known in the city. Had even been the alpha of a pack once, so I doubted I would be rejected. Just a ritual combat or two and I’d be in. That’s what I hated. A part of me wanted to be rejected. To be able to find and excuse for being alone in the thought that I had tried to join, but had been turned down. It wouldn’t happen, though. I went passed a garbage bag pile and stopped. Something was out there. I could smell it. Another one like me, I could notice, but of a particular scent I couldn’t place. Or maybe I could have, if the overpowering smell of the garbage wasn’t invading every cell of my body. Then she appeared, right in front of me out of nothing. She was dressed in rags, with her unkept, matted, oily, white hair dangling wildly on her head. But her eyes showed the predatory cunning of our kind. She was just standing there, with a wooden knife on her hand. A fetish. So she was a shaman, probably, but of what pack I didn’t know. She took a step near me and I reacted naturally. I tensed myself, ready to jump at her. But suddenly something happened. The bitch had played her magic on me. I couldn’t move, all my body stood still, unnaturally so. The only movement the whore allowed me was for breathing and blinking. Damn hag….I wanted to kill her, no matter what pack she was with. Then she approached me and whispered into my ear. “Listen”, she told me, “and pay heed to what I tell you”.

I come into a clearing and see them. They’re formed into a circle around a tree stump with a copper basin on it. The basin’s throwing an eerie blue light, and they’re all chanting rhythmically. It’s a summoning. I can already see little spirit snake dragons flying around the basin. More are appearing. I know what they’re doing. It’s an Anger spirit. Like if our rage wasn’t enough….Fury builds within me as I see them. The same bastards that killed my Andrea…I can barely control myself. The spell isn’t finished, but I can already feel the beginning steps. Motherfuckers, I’ll use their weapon against them. I charge in, shotgun leading. Two fall dead instantly, and the basin set sailing off into the woods. Then I give up all rationality. My weapon falls to the ground and I leap at the nearest. I reach him just as my jaw forms, and crush his chest with my teeth. The remaining four gaurus jump at me. But I am a warrior, and they are barely more than cubs to me. A bite in the arm, a claw at the right of my chest, but I take hold of another one. I stubbornly keep my hold on him while I growl the pain away. Perhaps they weren’t as inexperienced as I thought…That doesn’t matter. It just fuels my rage even more. The fight goes on. I fight as a warrior, resisting all of their leaps and bites. And one by one they fall. In the end I’m the only one left standing. Wounded, probably mortally so, but standing. I look up at Mother Luna. Her scornful gaze looks back at me, but I don’t care. I don’t care about nothing. Nothing except my sweet Andrea. She would be proud of me now. I fought like a warrior. I fought for her honor, for her name. My vengeance is complete. But there’s more to my duty. I limp my way to the remains of my clothing and grab the knife I had.
I get to the bowl and pour with the knife my blood unto it. A light shines red as blood, and I hear a wailing of pain. The explosion knocks me back into a tree. And all goes black…

“The screaming will mark your victory” she told me. Weird old hag. We always howl in victory…She’s full of shit. But then she’s gone. Weird old hag. I just wanted to break her neck. To let loose all my anger in her for wasting my time. I turned back and went for the door. I had to make a good impression. No knocking, just bang in. The lights and music hit me as nothing has ever done. A saturation of the senses I’m not used to. The hypnotizing, repetitive beats of electronic music fill my ears till I feel they’ll explode. The smoke, alcohol, sweat and cheap perfume invade my nostrils, urging me to fall and vomit right where I’m standing. The lights and the enchanting, monotonous jumping of the people all around me lock my gaze, preventing me to turn from this spectacle of inhumanity. So much people dancing, shouting, and engaging in all sorts of decadent and hedonistic activities someone could think of. All in the name of fun…Bastards. This is what they have made of humanity? They don’t deserve it. I just wanted to kill them all. Then something hits me in the head. And all goes black….

I open my eyes, and as my view returns to focus remember all that had happened. They are still lying on the floor, all of them. Dead. The bowl is no more. Only a smoky column remains, barely visible as it rises into the night. I lower my gaze and see my wounds. I’m sitting on a pool of my own blood. The ritual had been too advanced. My wounds will not close. I’ll die…I will die. I close my eyes and think of that. How much time do I have left? I’ve wanted to die for so long…and now I think of how much life I have left….how pathetic…I remember my Andrea. I remember us running through the forest in pursuit of our prey. I remember us sharing our blood in the ritual of unification. I remember us consume our love in the spartan room I kept as my home. Those are good memories. I want to live them again, but know I can’t. I feel cold, and wet. I open my eyes again but my sight will not focus. I see everything blurry, only spots of color in front of me. I bring my hand forth…it’s only a white spot against the green ones of the trees. I try to move, but can’t feel my body. I try to mutter something, but I can’t. Then my eyes are too heavy. I see a black wolf running on the plains. A big wolf. Father Wolf. Following him are Michael and Andrea. Running as a pack in the wild wilderness of Pangea…I want to run with them. I can run with them. I’ve earned my right to do so. I rise and move towards them, but stop. Mother Luna is above me. Watching me. This is not real, I know. It’s some lucid dreaming before I die or some shit like that. Or maybe it’s a glimpse of my reward? I shudder. Maybe it’s a glimpse of what I will never have? I look up to Mother Luna, Amahan Iduth, and for the first time can’t read her… Andrea is next to me, then. My sweet Andrea. I can feel her warmth, smell her hair, hear her voice. I can feel her skin against mine. And then the wounds are all closed. It’s only us two now. We’re free to run together through the wilderness forever…

Then my gaze focuses again. It’s all a lie. A beautiful lie I want to believe in. Hell, I’ve earned the right to die believing in whatever I want, haven’t I? I have followed the way of the warrior all my life. I have earned this….But then I remember my Andrea. The real Andrea, the Andrea that believed in honor. In truth above all else. Like a warrior should. I look up at Mother Luna with the last strength I can muster. She’s there. Always present. Her scornful gaze is gone. She’s weeping for me, her dear cub. I weep back. There’s almost nothing now. I can’t feel the earth, can’t feel the blood beneath me. There’s no more cold, no more pain, there’s only peace. The words of the hag come back to me then.
“The screaming will mark your victory”

The screaming will mark my victory. I open my mouth to issue a last howl. A howl of victory and sorrow for my sweet Andrea, and a howl of shame and repentance to Amahan Iduth. I open my mouth, but no sound comes forth…There is no more sound, there is no more color, there is no more body. There is no howl, there is no victory, there is only darkness.

Monday, January 10, 2011

La Mediocridad en el Siglo XXI

Este post va a tratar sobre la mediocridad, y sobre como la mediocridad lleva a la gente a hacer el mal. Antes de entrar al tema, sin embargo, debo dejar unas cosas en claro, a manera de apología. La idea del post la tuve al leer uno de los pasajes de un libro de World of Darkness (wod), de la compañía White-Wolf. No recuerdo cual, lamentablemente, así que no puedo dar (en este momento) una fuente más precisa, pero veré al respecto. El contenido de este post es virtualmente idéntico al del libro de wod, con solo unos pocos cambios. Es mas, incluso originalmente la idea era solo pegar el texto y citar la fuente. Decidí, sin embargo, reescribir yo el artículo, de forma que pudiera omitir o agregar partes conforme me pareciera mejor, y cambiar un poco la redacción donde así lo quisiera. El contenido sigue siendo el mismo casi en su totalidad, sin embargo, motivo por el cual creo que debería seguir considerándose como una cita del libro y no un post de propiedad intelectual mía. Lo que este en italics es lo que he escrito que considero igual debe mantenerse como cita, lo que no es agregado mío.

Si leyeron los posts anteriores, recordarán aquel del pecado estructural. Muchas veces veo a la gente caer en pequeños errores de mediocridad; incluso yo he caído en ellos (y, a pesar que mucho menos que el común denominador de la gente, aun caigo una que otra vez). Son esos errores inconsecuentes, que no hacen daño a nadie y no te hacen sentir mal. Mentiras blancas o pequeñas faltas que no tienen mayor importancia, como copiar en un control de poca importancia, o una mentira inconsecuente para evitar la culpa o lavarse las manos. Ese tipo de cosas. Sabemos que esta mal, pero no nos importa, pues, después de todo, no son la gran cosa. Lamentablemente, aun si es pequeño e insignificante si esta mal.

Vivimos en el siglo 21. A través de la historia se ha documentado el mal en virtualmente todas sus formas y hasta sus mas abominables detalles. No tenemos excusa para hacer el mal (pecar), pues podemos seguir el costo social, psicológico e histórico del mal de año a año, día a día, y a veces incluso de hora a hora. Hemos documentado todos los vicios humanos con todo tipo escrituras, leyendas, rumores y sermones; de forma religiosa y secular, y desde prácticamente todos los puntos de vista. Tenemos el mal catalogado completamente en listas y precauciones, definiciones, y demás. Sabemos la definición de robo, psicopatía, y todas las otras formas de maldad; y las tenemos registradas en fotos, videos, bases de datos, y libros. Hemos registrado como las neuronas de un violador se encienden y hemos excavado las pozas comunes donde llegan a parar los cadáveres después de un genocidio. Hemos notado efectos más sutiles también. Hemos visto a corporaciones succionando de comunidades o países enteros mientras sus gerentes se dan palmadas entre ellos felicitándose por ser los “mas inteligentes del cuarto”.

Hemos leído sobre lo peor de lo peor. En eso es en lo que la noticias se enfocan, después de todo. Hemos visto todas las formas de maldad. Sabemos lo que le hace a la gente. Y aun así perdura. Toleramos la pobreza, hambruna y violencia, incluso cuando las causas son claras. Los intereses nacionales mueven ejércitos enteros a las cuatro esquinas del mundo, pero en los países de bajos recursos la gente se corta una a otra con machetes y no nos interesa. Aun hay asesinos y violadores, empresarios glotones que nunca se cansan de succionar secos a aquellos debajo suyo, y policías corruptos. Lo hemos visto antes, pero nunca cambia, aun en las veces en que sabemos como cambiarlo. ¿Será que es muy difícil o arriesgado cambiarlo, o es que simplemente no nos importa? Podemos objetar si queremos, poner excusas. Tenemos una familia que alimentar. Tenemos que hacer compromisos con algunas cosas solo para seguir adelante. No podemos ser santos. No podemos decirle al resto que hacer. Los problemas del mundo son muy grandes para que una sola persona los cambie, o incluso un grupo de personas. Tal vez hubieras votado por el candidato con integridad, pero el otro va a bajar los impuestos, y hay que llevar pan a la mesa –¿y que se puede comprar con justicia, de todos modos? Quizá todas estas cosas están muy alejadas de tus propias experiencias. No sabrías por donde comenzar. Tan solo tratas de hacer lo correcto en tu vida diaria, ¿no es así? Pero tal vez, la verdad es que nunca se te ha puesto a prueba. Es fácil hacer lo correcto cuando lo incorrecto ni siquiera es conveniente. Estas elecciones no morales no pueden ser catalogadas como “buenas obras”, dado que no presentan un dilema. Quizá te puedes imaginar que se te presenta una elección real, sin embargo. Tal vez “los malos” suben al poder y te ofrecen subirte al vagón. Tal vez te ofrecen el soborno, y tu no lo tomas. Tal vez tu yo de la fantasía siempre puede tomar las decisiones correctas; o, en privado, las incorrectas, solo por la emoción o catarsis de ello. No importa. Probablemente pienses que tomaras la decisión correcta si la situación llega. Desafortunadamente, fuera de tu burbuja de imaginación, la gente toma las decisiones erradas todo el tiempo.

¿Somos realmente mejor que el resto? “Los malos” probablemente experimentan presiones que nosotros no experimentamos, nacidas de su entorno, pobreza, neuroquímica, o dios sabe que. Podemos pretender ser buenos, pero realmente no sabemos lo que haremos. No tenemos pruebas. Y mientras tanto, cada cierto tiempo (mas seguido, en vez de mas raramente) te alejas un poquito mas del bien. Solo un paso pequeño, que no le hace daño a nadie, un par de milímetros. Te ríes de un chiste rajón cuando el involucrado no está. Tal vez te moleste, pero no quieres causar una escena, o no quieres quedar mal. Insultas a la persona, solo porque el resto también lo esta haciendo. Te copias en una práctica, o, incluso peor, haces un hábito de esto. Das una pequeña mentira para evitar una discusión que sabes que debería ocurrir, o para lavarte las manos. Tu vida esta llena de estos pequeños fracasos. Pero no hay excusa para ello. Vivimos en el siglo 21. Sabemos porque está mal, y a donde es que nuestras fallas morales llevarían si tan solo fueran un poco mas extremas. La verdad es que la mayoría de personas no son “buenas personas”, no son “los chicos buenos” –aunque les gustaría serlo o pensar que lo son.

Muchos piensan que lo son, pues cuando importe, van a decidir lo que es correcto. Los estudiantes de derecho no serán como los abogados corruptos. Algunos incluso defenderán sus principios y no lucharán por la inocencia de un culpable. Los estudiantes de arquitectura mantendrán su responsabilidad con la ciudad y entorno por sobre sus ambiciones y ego. Y así con todos. No seremos como el resto, que hace mal. Pero, estoy seguro, la gran mayoría de esos “caídos” pensó igual que tu en su momento. Pero tú eres fuerte, harás lo correcto. Mientras tanto, eliges cometer pequeñas fallas. Solo las menores, solo las que no le hacen daño a nadie, solo las que te alejan un par de milímetros de lo correcto. Pero nuestras vidas están llenas de estos pasos de dos milímetros. Y al ver hacia atrás, nuestra vida no es más que una serie de pequeños fracasos que de milímetro en milímetro nos han alejado kilómetros enteros de lo que queremos, y tal vez hasta creemos, que somos.

Lo peor de todo es que mientras mas caemos, más fácil es volver a caer. Si te copias en el examen una vez, es más fácil hacerlo una segunda, y una tercera. Incluso, he visto amigos que están tan acostumbrados que lo hacen como rutina, porque el curso “es muy difícil” y toman muchos controles. Algunos incluso comentan que hacen estos pequeños males sin vergüenza, o peor aun, con orgullo. Algunos son tan mediocres que ni se toman la molestia de pensar si lo que están haciendo está mal o no. Otros se engañan, sabiendo que lo que hacen está mal pero pretendiendo maquillarlo como algo bueno para que no se sientan mal, o para que el resto lo apruebe y puedan estar tranquilos. Algunos se esconden bajo la excusa de que no son perfectos, de que errar es humano. Sin darse cuenta de que lo que importa no es caer, si no luchar por no caer. Que el caer es excusable solo si luchaste con todas tus fuerzas por mantenerte en pie, sin doblar la rodilla por voluntad propia sino cuando el peso, realmente, fue demasiado para ti. Y aun así solo es realmente excusable si buscas corregirlo. Pero eso es mucho drama, eso solo cuenta para las cosas importantes. En la vida diaria, en el día a día, no se puede estar luchando tanto. No hay problema con torcer la rodilla, porque cuando importe si te vas a mantener recto.

Lo que importa no son las situaciones extraordinarias. Lo que define el tipo de persona que serás no es si fuiste el héroe o no en esa única ocasión, en tus 20, 40, u 83 años de vida; lo que importa es como actuaste cada día. Si el valor de la persona se mide como piedras, lo que importa no es que traigas esa piedra que conseguiste con una acción, si no cuantos sacos de arena conseguiste acumular en tu vida. Responder en el momento en una situación extraordinaria es fácil, lo se por experiencia, es el dar la talla diariamente con las cosas insignificantes lo que importa. Pero la gente no lo ve así. La gente prefiere ser mediocre. Prefiere hacer algo que sabe que es malo ahora, aunque insignificante, porque cuando importe, harán bien. En el futuro, cuando llegue la situación, ahí ocurrirá.

Una vez leí, no recuerdo donde, algo interesante de historia. No se si sea real o no, pero así sea ficticio, sirve para aclarar el punto. Alrededor del año 300 habían varios cultos emergentes en Europa y el cercano oriente. El catolicismo no fue el único, ni el primero. Sin embargo si era el más influyente. El más influyente, al menos, después de uno, el de los Mitritas. Los Mitritas, de alguna forma, habían logrado conseguir miembros entre los círculos más poderosos del gobierno. Algo que los católicos no habían hecho, o por lo menos, no habían hecho con suficiente numero para que importe. Los Mitritas predicaban lo mismo que los católicos: que había que hacer el bien para ir al cielo, y toda su doctrina era virtualmente la misma. Incluso veneraban a un solo dios y se negaban a venerar a los dioses romanos. Sin embargo, los católicos perduraron y se volvieron la religión dominante, mientras que los Mitritas desaparecieron de la historia. ¿Por qué? Porque había una diferencia vital entre los católicos del año 300 y los Mitritas. Los católicos predicaban que debías hacer le bien, pero que si pecabas y te arrepentías aun así podías entrar al cielo. O sea, mientras que te arrepientas antes de morir, lo que hiciste mal no cuenta a la hora de pesar tus acciones. Los Mitritas, por el otro lado, decían que todas tus acciones contaban al final, buenas o malas. Así que no podías darte un segundo de debilidad, porque debías responder por tus actos, por todos. Obviamente esto no pego con la gente. Es más fácil hacer el mal ahora si eventualmente me puedo arrepentir. Y como son cosas menores, nada grave, no hay problema. Lo grave no lo voy a hacer. El catolicismo en el año 300 ofrecía un camino de mediocridad para el común denominador de la gente; un camino de mediocridad que prácticamente toda la humanidad sigue –ya sea en el catolicismo o por su cuenta. Los Mitritas exigían fuerza y honor, y eso a nadie le interesa conseguir, es muy duro.

Tuesday, January 4, 2011

Absentis Sententia esta vuelta!

Y ahora con nuevo look!

Un nuevo año, una nueva oportunidad. Hace mucho que no escribía en este blog. De hecho ya lo había dado por muerto debido a que nadie lo visitaba (que sentido tiene escribir y publicarlo a internet is nadie lo va a leer, ¿no?). Claro que esto no era completamente cierto, durante todo este tiempo unos cuantos han entrado a dejar comentarios alentadores y todo eso, y es por ellos, y por una amiga, que decidi volver a escribir.

Antes pensaba que si suficiente gente no lo leía, no valía la pena. Pero en verdad, si tan solo uno lo lee ya es algo. Y si poco a poco mas gente va a leer -esten de acuerdo o no, no importa, lo que importa es que piensen- entonces es una empresa que vale la pena tomar.

Es por esto que aprovecho el inicio de este año para retomar el blog y dedicarme a escribir nuevos temas, o profundizar en los ya tocados. Sin embargo, espero contar con la ayuda de quienes lean -sean pocos o muchos- para dar ideas sobre que escribir.

Tambien, aunque lo hare bilingue, no esperen que todos los posts sean asi, al menos no inmediatamente despues de escritos en su idioma original. Tambien espero que mi querida amiga lea todos los posts ya escritos antes de seguirme pidiendo nuevos.

Aprovecho este nuevo año y retoma del proyecto para una nueva idea, la de postear mis historias. Tengo mil intentos de escribir novelas que han quedado en nada, las cuales ire publicando poco a poco (por capitulos, hasta donde lleguen. A ver si alguno da ideas que muevan mi inspiracion para continuarlas), y tambien tengo historias cortas que ire publicando.

En fin, estoy emocionado con esta nueva iniciativa y espero que esta vez logre hacer que mi blog arranque y se mantenga avanzando. Esperen mi siguiente post pronto!

Wednesday, February 25, 2009

¿Se puede ser moral y libre a la vez?, parte 3

Estos son los comentarios de mi trabajo. Los pongo aca como la última parte a modo de resumen para que lo lean los que no han leido el resto del trabajo (y con suerte se animen a hacerlo). Para los que si lo han leido, es como un repaso de mis opiniones.

Comentarios:

Siendo la moral, la libertad, la interacción que hay entre ambas, y la sociedad, un tema de gran importancia, me pareció bueno dejar en claro algunas ideas sueltas que tenía como opinión y afirme, o a las cuales llegue, durante el desarrollo de este trabajo:

• La sociedad permite al ser humano definir su individualidad. El problema con las sociedades modernas, donde cada uno vela por si mismo y no hay un sentido de unificación, es que las personas creen que son “libres” de hacer lo que quieran en su propio espacio, sin que el otro se meta. Esto genera el grave problema de la falta de sentido. Cada uno cree que puede ser el mismo sin el otro, y no se da cuenta de que al alejarse su vida pierde todo el sentido y valor que podría tener de ser bien aprovechada.

• Muchos creen que la libertad es hacer lo que nosotros queramos, y así justifican muchas acciones que causan mal no solo a ellos sino a las personas que los rodean. Así, por ejemplo, se justifican el usar drogas. La libertad sirve para buscar lo mejor para nosotros, lo que nos trae mas bien. Aunque no hay duda de que un drogadicto, por ejemplo, se droga, desde un punto de vista optimista, en una búsqueda de autocrecimiento (después de todo, se droga para sentirse bien), no esta ejerciendo su libertad. La libertad presupone un uso de razón y de toma de conciencia de lo que pasa. La libertad asume responsabilidad, madurez, e inteligencia. Aquel que no posee estas tres cosas no puede ser libre.

• El fin de la libertad es nuestro desarrollo. Nuestra libertad está en función a nuestras opciones (a más opciones, más libertad). Si algo nos limita las opciones entonces nos limita la libertad. Aquellas personas que no les gusta tomar desiciones y evitan hacerlo por miedo a las consecuencias son personas no libres. Aunque se puede decir que toman la decisión “libre” de no decidir, se estaría cayendo en el caso anterior; y se demostraría que ese no es un ejercicio de libertad. Uno no puede elegir libremente dejar de ser libre, pues entonces esta eligiendo dejar de crecer, y eso iría contra el propio fin de la libertad.

• Uno si puede elegir, sin embargo, sacrificar su “libertad” por la libertad de otros. En este caso no perdería su libertad, pues al decidir no hacerla por el bien común él se impone la regla a si mismo, y puede dejar de seguirla en cuanto quiera. A diferencia de el ejemplo anterior, este si es un buen uso de la libertad, pues al hacerle bien a la sociedad uno se hace bien a si mismo; y aunque técnicamente la persona ya no va a ser libre, aun va a seguir creciendo. Entonces, se concluye que uno no puede, libremente, dejar de ser libre. La libertad siempre va a estar presente, aunque de otra forma, o de forma oculta.

• Uno no es libre solo para sí mismo, sino que también es libre para los demás. La práctica de la libertad requiere de responsabilidad porque al crecer nosotros permitimos que otros crezcan. Así como nosotros crecemos al sociabilizar con otros, los otros crecen al sociabilizar con nosotros. Es necesario, entonces, no tomar las decisiones solo porque nos hacen bien a nosotros, sino también para el servicio de la sociedad. Esto demuestra porque la decisión “libre” de drogarse, o la decisión de no elegir por miedo o falta de carácter, no es un ejercicio de la libertad; pero que en cambio, la decisión de “sacrificar” la libertad por el resto si lo es.

• El fin de la libertad es nuestro desarrollo. Con nuestro, me refiero a la sociedad. El fin de mi libertad es nuestro desarrollo sería mas exacto. Con fin debe entenderse propósito, no final. Este es el concepto de libertad que siempre he tenido y alrededor del cual gira este trabajo.

• La moral nos permite relacionarnos con otros, permitiendo así que nos desarrollemos y ejerzamos nuestra libertad.

• Si la moral es parte de nosotros entonces no hay forma de que su fin sea, en cualquier aspecto, un detrimento a nosotros mismos, y por lo tanto a los que nos rodean. La moral en mi no busca que solo yo me desarrolle, busca que yo y los que me rodean se desarrollen. Para esto, todas las morales deben ser iguales, pues las reglas por las que nos regimos deben ser las mismas. No se puede hablar de mi moral y tu moral como dos conjuntos diferentes.

• Como dije en el trabajo: Uno no es libre a costa del otro, ni su libertad termina cuando empieza la del otro. Uno es libre junto y con el otro.

Friday, February 20, 2009

¿Se puede ser moral y libre a la vez?, parte 2

Esta es la segunda parte del post, y con ella termina el ensayo en si. Sin embargo, dada la importancia del tema escribí unos comentarios extra para dejar mis ideas claras. Estos aparecerán en la tercera parte. Los separo para aprovechar y usarlos como un resumen de todo lo escrito, de modo que a los que les de flojera leer todo esto pueden leerlos y sacar sus propias conclusiones o pasar a leer el ensayo en si para tener una mayor explicación del porque de mis conclusiones.


Si nos basamos en que el ser humano es libre cuando trata en sociedad, y que el fin de la sociedad, y por lo tanto de la libertad, es el desarrollo de la persona, entonces podemos decir, en oposición al argumento anterior, que la moral no solo no limita la libertad, sino que más bien la facilita. El ser humano siempre busca lo mejor para si mismo. Al elegir, la persona elige aquella opción que más bien le va a traer. Nuestra libertad se manifiesta en las decisiones que tomamos. En lo que elegimos coger y lo que dejamos de lado. Precisamente en eso radica la libertad, la falta de libertad es la falta de elección. Pero para elegir, debe haber conciencia y debe haber razón. Uno debe ser conciente de cuales son las opciones, cual es el costo de cada opción, y cuales son las consecuencias de cada opción; y también debe ser capaz de razonar y pesar todos estos factores para poder dar con la mejor opción a tomar. Ya he visto que para que haya conciencia debe haber una sociedad, pues es en la sociedad donde el ser humano se define a si mismo como persona, y solo siendo persona, y siendo conciente de que tiene un Yo, puede razonar y elegir. No es posible razonar sin tener un sentido de uno mismo, porque para razonar hay que imaginar, recordar, proyectarse, pesar diferentes opciones, etc. Todo esto asume una voluntad, y par que haya voluntad tiene que haber, forzosamente, una definición del Yo. Sin sociedad, el ser humano es un Tarzan, un animal hombre, que no se guía por la razón, sino por el instinto o por una inteligencia mecanizada a base de la experiencia. Tarzan sabe que es mejor ir a cazar a un lugar que a otro porque ahí hay mas animales, pero no llega a esa conclusión por razonar y decirse a si mismo “ahí hay agua, y por lo tanto los animales van a ese lugar”, sino que lo hace porque fue, vio que habían animales, y simplemente siguió la costumbre de cazar en ese lugar siempre.

Si para elegir –para ser libres- deber haber conciencia, y por lo tanto, sociedad, entonces la libertad no solo no limita, sino que depende de la moral, puesto que esta última es la que forma la base de la sociedad. No puede haber libertad sin moral. Es obvio que sin moral no puede haber sociedad. Una sociedad implica una interacción de igualdad entre personas, un respeto mutuo. Uno no es libre a costa del otro, ni su libertad termina cuando empieza la del otro. Uno es libre junto y con el otro. Una persona no puede ser libre sola, eso ya esta claro. Pero tampoco puede ser libre sin que las personas a su alrededor sean libres, pues necesita tratar con otros individuos concientes y con características comunes a las suyas para poder definir y ejercer una conciencia. ¿Pero como saber como tratar en igualdad y respeto con el otro? Pues con la moral. Las normas que la moral da son las leyes que toda persona debe seguir para permitirse a sí misma y a las demás ser iguales y libres. La moral no invade al otro, ni limita sus acciones. Solo canaliza y permite un medio para que las personas actúen plenamente entre sí.

Aquel argumento que dice que la sociedad no permite la libertad pues sus leyes limitan las opciones de los individuos es un argumento sin sentido. La sociedad, queda claro, tiene dos tipos de leyes, las leyes morales y las leyes establecidas por los mismos miembros. Sobre las leyes morales ya se ha dicho que no limitan la libertad. Estas leyes son naturales a los seres humanos, y necesarias para que los humanos existan como algo más que meros animales. Son parte de nosotros y gracias a ella somos libres. Sobre las leyes establecidas sobre nosotros, como el mismo nombre lo indica, nos las establecemos nosotros mismos. Siendo así, estamos en capacidad de elegir seguirlas o dejar de seguirlas cuando queramos. Las únicas reglas impuestas sobre nosotros a posteriori que no limitan nuestra libertad son aquellas que nos imponemos nosotros mismos, pues nos las podemos quitar de encima en cualquier momento. Si estas reglas nos las impusieran otros y no tuvieramos más opción que seguirlas, entonces si se podría decir que nos limitan.

Al ser libres, podemos elegir vivir en la sociedad cuyas normas nos sean de mayor agrado. Si no nos gusta nos movemos a otra, pero si elegimos vivir en una, es porque hemos tomado la decisión conciente de guiarnos por sus reglas. Si escogemos algo, es porque queremos ese algo, no tiene sentido coger algo que no queremos.

Si alguien quiere hacer algo (se entiende malo, inmoral o no ético) pero no lo hace porque “no debe” es una persona moral, y buena, pero reprimida y limitada. No libre. Pero, si esa misma persona quiere (o piensa querer) algo pero no lo hace porque no puede (pues es malo), ha superado la moral y no se limita. Esta persona ya no es reprimida, si no que más bien es libre. Si no se puede hacer algo, entonces no es una opción, y por lo tanto no es una limitación a la libertad. En este sentido la moral si parecería limitar la libertad, pero el problema con este razonamiento es que la moral se ve como algo ajeno al hombre. Algo que se impone sobre nuestra libertad y la frena. Este razonamiento no ve a la moral como una parte vital de nosotros, sin la cual no podemos ser personas. Por esto es que pienso que la afirmación es errónea.

Se puede afirmar entonces, que el ser humano necesita de la moral para ser el mismo. Y si para ser el mismo, es necesario que aplique su libertad, entonces no hay forma de que la libertad y la moral se opongan. El ser humano creo la sociedad libremente para poder desarrollarse. Al hacerlo y adquirir una conciencia, el ser humano dejo de ser un animal y paso a ser un individuo con conciencia y moral. La moral no se mete con la libertad, sino que es el camino por el cual la podemos ejercer. El ser humano usó su libertad para crear la sociedad y poder ser libre.

Thursday, February 19, 2009

¿Se puede ser moral y libre a la vez?, parte 1

Este va a ser un post LARGO. Para facilitar su lectura, lo voy a dividir en tres partes- pero aún así cada parte va a tener la longitud habitual de mis posts (entre 3 y 4 hojas -lo siento para los que no les gusta leer, hay mucho que decir y las cosas se tienen que explicar bien). El articulo fue mi trabajo final de filosofía en la universidad. El ensayo busca responder a la pregunta de si se puede ser libre y moral a la vez.

La idea nace del pensamiento popular de que la libertad es hacer lo que uno quiere, y que las regals o normas sociales -como la moral- truncan y limitan la libertad del individuo en aras de la sociedad y el bien común. El ensayo da mi postura al respecto, y la explica y sostiene frente a la postura opuesta (y la demuestra errada). Sin mas preámbulos, lo presento.

El ser humano ha sido siempre un ser social. Desde que tienen uso de razón, los seres humanos se han desarrollado tratando entre sí, ya sea entre individuos dentro de un grupo (sea clan, tribu o pueblo), o en la interacción de grupos enteros. Esta socialización es la que le permite al ser humano mejorar y crecer. Sin una sociedad en la cual moverse, las personas se encontrarían pronto en una situación sin sentido, donde no sabrían que hacer ni a donde van.

La libertad del ser humano radica en escoger en que sociedad, o sociedades, desenvolverse. Esta capacidad de elección le permite escoger aquella en la que se sienta más a gusto, donde se sienta mas identificado como persona con el resto, y donde pueda aprender más. En resumen, le permite escoger la sociedad donde pueda crecer y desarrollarse como persona. El fin de la libertad, entonces, es nuestro desarrollo, y la sociedad el medio por el que nos desarrollamos.

Las sociedades no están ya creadas para que la gente vaya a ellas, se crean cuando un grupo de personas se junta y empieza a sociabilizar. Siendo este el caso, las sociedades son creadas por los humanos y a la vez crea a los humanos, pues una persona no es persona si no sociabiliza.
Si los seres humanos crean sociedades al agruparse, entonces las sociedades están moldeadas en base a elementos en común de las personas agrupadas, no en base a los individuos. Lo que importa en una sociedad son los elementos generales, compartidos por todos los miembros que participan en ella. Los elementos individuales no forman parte de esta sociedad. Por ejemplo: En un club privado de esgrima, va gente que sabe, practica, y/o le interesa el esgrima. Si a uno de los miembros, además, le gusta el tiro con arco, no forma parte del club por eso (podrá formar parte de otro club, uno de tiro con arco), sino porque comparte un elemento –el esgrima- con el resto. Si va al club es por el esgrima, no por el tiro con arco.

Estos elementos en común forman bases, o reglas intrínsecas, de las sociedades. Se entiende que si entro a un club de esgrima es porque tengo un interés en el esgrima, de lo contrario no entro. Es mas, si trato de entrar, la sociedad me puede rechazar por no compartir el elemento en común. Esto se puede ver en varios casos, como en los clubs privados, donde se reservan el derecho de entrada a la gente que ellos consideran apta (ya sea por un nivel económico dado, una forma de vestir, etc.).

Aunque cada sociedad puede tener reglas independientes e individuales, hay un grupo de normas comunes a todas. No importa en que grupo se desarrolle uno, a través de la historia se ha visto que toda sociedad mantiene un grupo común de leyes. Es mas, estas leyes son consideradas siempre las mas importantes, y los que las violen siempre reciben los peores castigos.
Estas normas son comunes a todos los seres humanos; y desde que un niño tiene uso de razón se hacen evidentes. No necesitan ser explicadas. Uno sabe que son normas que debe seguir este donde este, y que el resto debe seguir al tratar con él, sin importar de donde sea el otro. Son las normas que forman la moral.
Estas normas, que son un conocimiento natural al ser humano, que no debe ser enseñado, son lo que Kant llama un conocimiento a priori. Es un conocimiento universal, natural al ser humano. En palabras de Kant, se entiende el conocimiento a priori como “el conocimiento que es absolutamente independiente de ésta o aquella experiencia o de los sentidos” (KANT, Crítica a la razón pura). La moral no depende de nada para existir. Es parte de nosotros, sin importar si tenemos la experiencia de haber tratado con otros o no. Si una persona crece aislada de la sociedad (por ejemplo en Tarzán), no sabrá de estas leyes morales. Pero no porque no se le haya enseñado, sino porque no puede ser considerado un ser humano -una persona- pues una persona es persona en cuanto sociabiliza. En este caso, Tarzan deberia ser considerado lo que llamo un animal humano, pues es humano en cuanto a especie, pero no en cuanto racionalidad o conciencia.

Si el ser humano es un ser social por naturaleza, y estas leyes morales fundamentan la base de toda sociedad, entonces el ser humano no puede ser humano sin la moral. Es mas, al ser un conocimiento a priori, la moral es parte de la naturaleza humana. De ser este el caso, la moral no es una enseñanza (no se puede enseñar porque ya lo sabemos desde un inicio pues es parte de nosotros), y por lo tanto no puede ser una experiencia. Al no ser experiencia, y siguiendo a Freud, no puede moldear nuestra forma de ser, ni puede manipularnos subconscientemente. Por lo tanto, la moral no puede limitar nuestra libertad, y se vuelve una contradicción decir que la moral y la libertad se oponen. Es mas, la moral es algo muy conciente, todos sabemos cuando hacemos algo moral o inmoral.

Sin embargo, también se podría decir que la sociedad imparte las leyes morales, pues si fueran en verdad parte de nuestra naturaleza, nadie las rompería. No abrían robos, asesinatos, violaciones, etc. Visto de esta manera, las leyes morales son leyes que nos restringen tanto como las otras normas de la sociedad. En Tarzan, cuando el personaje es encontrado, debe ser insertado en la sociedad, y para esto se le enseña normas a seguir. Dentro de estas normas están las normas morales. Entonces, la moral no es un conocimiento a priori puro, pues es derivado de una fuente empírica. En palabras de Kant: “…Se suele decir de algunos conocimientos derivados inmediatamente de fuentes empíricas que somos capaces de participar de ellos o de obtenerlos a priori, ya que no los derivamos inmediatamente de la experiencia, sino de una regla universal que si es extraída, no obstante, de la experiencia….” (KANT, Crítica a la razón pura). Lo que significa es que hay conocimientos que no se dan por la experiencia, sino que se dan a priori por un conocimiento ganado por la experiencia. Por ejemplo, alguien puede nunca haber sufrido una herida, pero sabe que si le corta las venas a alguien le va a hacer mal. Esta conciencia de que va a hacer mal no se daría si es que la persona no sabe, de antes, que las heridas hacen daño. La persona tiene que tener la experiencia del conocimiento de que lo que hace va a hacerle mal a alguien para saber que su acto va a ser no ético, y por lo tanto inmoral. Siendo este el caso, la moral no puede ser enseñada, pero tampoco es natural al ser humano. Las personas deben vivir un tiempo en sociedad para poder adquirir, conciente o inconcientemente, un sentido de moral. Siguiendo a Freud, entonces la moral si nos limita o moldea de cierta forma a la voluntad de la sociedad en la que habitamos; y por lo tanto si influye en nuestra forma de ser, y condiciona y hasta limita, nuestras elecciones. Así, la moral es un detrimento a nuestra libertad.

Tuesday, February 17, 2009

La importancia de la religión

Cuando decidí abrir este blog, este fue el primer post que decidí escribir. Al final no lo hice, prefiriendo escribir otros a modo de preparación. En realidad, el plan era que este post iría aun mas adelante (en algún momento de marzo). Sin embargo, acabo de leer un post de Andreas en el que habla sobre la valentía en el día a día, y al corrupción de nuestras personas al quedarnos estancadas en nuestra apatía y/o debilidad.

Probablemente Andreas no lo sepa (si sí lo sabes, Andreas, dime para corregir este párrafo), pero de lo que esta hablando tiene un término, se llama pecado estructural.
¿Qué es el pecado estructural? Voy a citar una parte del post de Andreas (PASO 4: El valiente y el río cochino) para usar como ejemplo:

“(Refiriéndose a tu postura inicial en contra de la chismosería) Escuchas. La primera vez te pareció medio desubicado que se chismosee de esa manera. Ahora, ya no tanto. A veces te ríes. Es más, varias veces te ha picado la lengua de decir algo. Lo dices. ¡Allí está!, no sólo ya te acostumbraste a lo que hace 6 meses tolerabas por ser socialmente flexible, sino que no te parece tan malo. es más, en el caso de la chismosería es hasta divertido”

Esa es la esencia del pecado estructural. Este ocurre cuando una idea mala es insertada a la cultura y es aceptada de tal forma que se vuelve parte de la estructura social, dejando de parecer negativa. En el mejor de los casos, se entiende negativa, “¿pero que importa”?. Por ejemplo, el cigarro, o el sobornar al policía.

¿Qué tiene que ver esto con la importancia de la religión? Seguro estas pensando algo por las líneas de “si tenemos fe la fuerza de Dios nos salvará del pecado”. Pues no, primero, Dios no te va a salvar de nada de lo que tu no te salves solo. Segundo, no es a eso a lo que me refiero.

Antes de ver si la religión es importante, debemos saber qué es la religión y para que sirve. La religión viene del término re-ligare, religar. En este caso, a lo natural. En la época de la Grecia clásica, la religión era lo que le permitía al hombre reunirse con lo natural. En efecto, la religión era para lo que nosotros hoy es la filosofía. Y eso es porque la filosofía busca la verdad, y la religión es la vida acorde a la verdad.

¿Cuál es el propósito de la religión? Espero que no estén pensando que la respuesta es “religar al hombre con la naturaleza”. Eso sería un pensamiento circular, lo cual es un pensamiento absurdo. Hay que ir mas al fondo del asunto. El ser humano esta compuesto por dos dimensiones, la tangible (que cubre los aspectos físicos y mentales en el sentido psicológico) y la intangible (que cubre los aspectos espirituales o del alma). La mayoría de gente le da mucho crédito a los tangibles, por el mismo hecho de que se pueden “palpar” (“ver para creer”, ¿no?). Algunos le dan crédito al intangible. La mayoría de esos que sí le da, lo hace “porque si”, porque así los criaron, porque todos lo hacen.

Yo creo que el aspecto intangible (al que me referiré como espiritual también), es vital en el ser humano. Y acá quiero aprovechar para hacer un paréntesis en el tema y explicar porque estoy en desacuerdo con las personas que descartan la importancia o existencia del alma por no ser estas “verdades científicas”.
Cada cosa en el mundo tiene su lugar. La ciencia y espiritualidad también. Ambas son dos dimensiones diferentes que no pueden pretender explicar a la otra. Decir “yo no creo en el alma porque la ciencia no ha comprobado su existencia” es una postura sin base desde un inicio. El alma, por definición, es algo supernatural a este mundo. No es parte de él en el sentido en que se rige por las normas del universo. Es tan absurdo como decir “yo soy matemático, no lingüista. Si el francés no se puede explicar mediante mis ecuaciones, no creo en el” (matemáticos abstenerse de demostrar que esto si se puede hacer, escapa a la metáfora). Tampoco puede uno pretender explicar el alemán con las reglas ortográficas del ruso, eso no computa. Cada uno se limita a su ámbito. Con la ciencia y espiritualidad es igual. La ciencia rige la dimensión tangible del ser: la realidad en el aspecto del universo (las cosas funcionan bajo estas leyes), y como relacionarse con el (según esas leyes, necesito hacer tales cosas para tener tal resultado). La filosofía rige la dimensión intangible del ser: la realidad en el aspecto de la verdad (las cosas son así), y como nos relacionamos con ellas (entonces debemos actuar así). Entonces, por favor, los científicos extremistas, procuren pensar un poco mas las cosas y quitarse esa mentalidad cuadriculada de “el mundo se define solo en lo que se. Si no entiendo algo no puede ser verdad” y abran sus mentes, solo así pueden entender más. Prosigo.

Entonces, como decía, está la dimensión intangible y esta la gente. Las creencias son como una masa de galletas, o una plastelina. Cuando nacemos es una cosa amorfa. Conforme crecemos le vamos dando la forma que queremos. Pero así como nosotros la amoldamos otros la amoldan. Fuerzas externas nos dicen que creer y que no creer. Y eso no está mal, siempre que sean guías. Y mientras mas fuertes sean nuestras creencias, mas dura es esta masa ante la presión externa. Pero lamentablemente, al final es una masa, y poco a poco (o no tan poco a poco si las creencias son débiles) esta cede. Aquí es donde entra la religión.

El pecado estructural invade la sociedad, y por ende los individuos. Enfoquémonos en un individuo para esta explicación. Las creencias de este individuo son modificadas por este pecado. Digamos que la creencia de “chismosear es malo” era un cachito en mi masa. El pecado estructural poco a poco lo lija. Primero es malo, jamás lo haría, luego es incómodo, pero bueno, ¿cada uno con lo suyo, no?, luego me da igual, luego participo de él. Y eso que yo soy conocido por la convicción de mis creencias. Por mas fuertes que sean las creencias de uno, sin una religión eventualmente cede.

¿Por qué? La religión es el escudo contra el pecado. La religión es como un caparazón, un molde en el que metemos la masa de nuestras creencias. Cuando el pecado pretende entrar, el caparazón lo impide.
“Todos están fumando…Yo jamás fumaría, es malo….Pero si el resto lo quiere hacer que lo haga, es su vida, yo me sentiré incomodo pero bueno….aunque ahora que lo pienso no es tan malo….quizá pueda probar a ver porque es tan popular.” Ahí entra la religión…”Pero mi religión dice que fumar es malo. No importa que piense yo, si mi religión dice que no, es no.” La religión evito que caiga en pecado, mis creencias se mantienen; fumar sigue siendo malo y jamás lo haría. Y así es con cualquier cosa.

Ahora, algunos dirán “si Rafael, pero a costa de volverte una oveja que sigue ciegamente. Tu pensamiento te decía una cosa pero cual niñito obediente hiciste lo otro. No pensaste”. A esto respondo: Error. Si pensé. Pensé mal (el pecado estructural entró) y luego pensé “puedo hacerlo, o puedo optar seguir mi religión”. Y de ahí decidí.
Por eso es importante tener una religión que vaya de acuerdo a nuestras creencias. No ser católicos porque desde niñitos nos criaron para serlos, si no serlos porque decidimos serlos. Y lo mismo con el resto. Claro, ninguna religión se va a amoldar a nuestra masa, nuestra masa de creencias va a tener que hacer ciertos ajustes para encajar con el molde. Pero eso es un sacrificio que hay que hacer.

¿Por qué no puedo usar mi masa de molde y sacar mi propio caparazón? Si puedes. Eres perfectamente capaz y libre de crear tu propia religión. Pero para que exista necesitas al menos a una persona más que la siga. Explicar porque no se puede hacer ahora, porque tomaría mucho espacio y tiempo (será mi próximo post, por ahora asuman que es verdad y usen esa postura para pensar sobre lo que estoy diciendo). Y aún mas, crearte tu propia religión no es tan simple como decir “yo creo en esto y lo sigo y punto”. Eso es lo mismo que nada. Crearte tu propia religión es pensar sobre todas y cada una de tus creencias, ver si es correcta y dejarla, o ver si es incorrecta y corregirla. O sea, es potencialmente cambiar el 70 u 80% de tu masa de galletas a algo completamente nuevo, y en el proceso invertir buena parte de tu vida. ¿Crées que vale la pena? Hazlo. Mi sugerencia es coger una que ya existe. Hay miles, muchas de ellas correctas, alguna encajará más o menos contigo. Y es importante acá aclarar una cosa. Lo importante de la religión no es si crees en el Dios Yahvé, o en Alá, o en Ra. Ni es lo as importante creer en un dios. Lo más importante es creer en una verdad, tener una filosofía de vida, y ser coherente con ella.

Si yo digo que soy católico, soy católico. No soy católico a mi manera, no soy católico pero no creo en el papa porque la iglesia no debería tener tesoros. Soy católico en todo, en lo que me guste y no me guste, en lo que este de acuerdo y no este de acuerdo. Si soy católico, creo en el papa y su palabra como representante de Dios (así medio mundo me diga que es politizado), creo en no usar anticonceptivos, creo que la mujer se debe quedar en el hogar, creo en el perdón por la confesión, creo que la confesión se hace por medio del sacerdote no directamente yo con Dios, etc. Si algo aparece con lo que no estoy de acuerdo, tengo tres opciones. Puedo decir “no estoy de acuerdo. Pero eso es lo correcto (OJO así no me guste) así que cambio”: O puedo decir “no estoy de acuerdo con eso, pero lo acepto como parte de mi religión (y hago el sacrificio). O puedo decir “no estoy de acuerdo con eso, y no lo puedo seguir” en cuyo caso renuncio a mi religión. Pero no puedo decir “son un católico personalizado”. Esas personas que son “católicas a su manera” (y sus equivalentes en las otras religiones. Recuerden que este post no se limita al catolicismo si no que habla de las religiones en general) no son nada, o las que “no creen en religiones pero son espirituales”. Si yo pertenezco al club regatas y este saca una ley que dice que está prohibido fumar en sus locales, yo no puedo decidir ignorarla. No puedo decir “yo no creo en esa ley” y fumar en cualquier local suyo. Y si me botan, no puedo decir “me botaron pero para mí soy un socio aún. Una regla no hace la diferencia.” No brother, no eres socio, y una regla si hace la diferencia. O eres o no eres. Punto. Y si piensas así, sugiero que leas mi post sobre los constructos.

Puedes crear tu propio club con el mismo juego de reglas que el del Regatas excepto por la regla de no fumar en el club, pero ya es otro club. Ya creaste tu propia religión. Pero esta solo va a ser religión si ganas al menos un miembro más. Como dije, ya explicaré en mi siguiente post porque.

Entonces, es importante ser coherentes en nuestra vida. Nuestras creencias, pensamientos y acciones deben ser uno solo. Lógico que caerás de vez en cuando, nadie es perfecto. Pero el valor está en luchar por no caer nunca, no en apoyarte en la excusa de ser imperfecto y débil para hacer lo que te da la gana. Hay que pensar antes de actuar. “Hay que buscar las estrellas para llegar a la copa de los árboles.”

Es importante tener una religión, y ser coherente con ella. Si mi religión dice todos los domingos a misa, o todos los sábados descanso (así tengas que trabajar o quieras ir a salir con tus patas), o cinco minutos de canto antes de cada comida mirando en la dirección X, lo haces, te guste o no. Porque escogiste eso, y por eso vives. Si no hay coherencia, no hay nada. Si no hay religión, nuestra dimensión intangible esta por el piso, y como en toda estructura, si un lado cae, todo se compromete. Nuestro valor como seres no está solo en lo que podemos medir o tocar, esta en todo, y es hora de abrir lo ojos y ver bien eso.

Les puedo decir esto, yo no tengo una religión aún. No estoy de acuerdo con el catolicismo y por eso renuncié a él. Pero no tengo una no porque no quiera, sino porque aún no encuentro una. Y eso me pone un paso más adelante que muchos, porque al menos yo estoy buscando. No es asunto de decir “me convenciste, de ahora en adelante creo en tal religión”. La religión es un compromiso de por vida. No puedes saltar de una a otra porque sino es lo mismo que nada. Piensen al respecto, y si llegan a la conclusión de que es necesaria, comprométanse a conseguir una, y a ser coherentes con la que escojan. Nada de “religiones a su manera” por favor. Para eso cada una tiene sus sacerdotes (en el caso del catolicismo, al papa, porque muchos sacerdotes van por las líneas de “la iglesia dice que no al preservativo, pero úsenlo nomás”. No pues, se un buen sacerdote, predica tu fe. Si no te parece, renuncia y busca la religión que se adecue a ti. Se coherente).